La historia personal del diagnóstico y tratamiento de Juana Acosta ha transcurrido paralelamente al nacimiento de la primera Unidad de Esclerosis Múltiple de Cataluña y del Estado en el Hospital Universitario Vall d'Hebron en el año 1996, que más adelante desembocaría en la creación del Cemcat.

“Después de sufrir fuertes y continuos dolores de cabeza y problemas de visión en el ojo izquierdo, fui a Urgencias de Vall d'Hebron, donde me derivaron al Dr. Xavier Montalban”. El actual director del Cemcat la visitó y se confirmó el diagnóstico de esclerosis múltiple.

“Durante estos más de 20 años que llevo conviviendo con la enfermedad lo cierto es que he pasado épocas de todo tipo. Me hacía mucha ilusión ser abuela, pero justo antes de nacer mi nieta empecé a pensar que no podría cuidarla, que no la podría coger... Entonces me compré una mochila portabebés e iba con ella en la silla de ruedas. Me adapté, y ahora que es mayor la llevo y la voy a buscar al cole, la acompaño al parque... La silla de ruedas a mí me dio más autonomía y esto es lo que quería, poder salir sin depender de nadie”.

Juana nos explica también que ha cambiado la medicación varias veces durante todos estos años y que ha conseguido frenar los brotes. Destaca que ha participado en diversos ensayos clínicos realizados en el Cemcat porque “si nadie se presta, no se puede avanzar en los tratamientos”. “Deseo que los jóvenes a los que se les diagnostica actualmente esclerosis múltiple tengan la mejor perspectiva futura y confío en ello”, añade.

“A veces hay gente que me dice que yo llevo muy bien la enfermedad. ¿De qué me serviría llevarla mal? Si no eres positivo, al final terminas poniéndote barreras a ti mismo. También intento estar informada de los ejercicios que hacemos en rehabilitación, saber para qué sirven y aplicar lo que me funciona en mi día a día”.