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Julia Vilella
“Cero dramas, cero autocompasión”. Según Julia, esto es vital cuando tienes que convivir con la EM. Le diagnosticaron la enfermedad cuando tenía 17 años y empezaba la carrera de Ingeniería Industrial. Dice que ha aprendido a “bailar con los tornados”.
Los primeros días que vino a tratarse en el Hospital de Día del Cemcat dice que no quería mirar ni oír a nadie. “Me ponía la música a tope y no quería oír ninguna conversación; era como si no fuera conmigo. Todo fue muy duro al inicio. Aparte de tener como cinco o seis brotes en un año y medio y afectarme mucho físicamente, me afectó mucho psicológicamente. Me decían que necesitaba apoyo psicológico, pero me negaba”, recuerda.
“A veces no podía sostener el bolígrafo en los exámenes, no podía cortar la carne... Pero por suerte tuve un entorno muy positivo y estimulante: mis padres, mi hermano y mis amigos no me dejaban quedarme en la cama un día entero. Creo que te tienes que cuidar mucho, priorizar qué es importante y qué te va mejor en cada momento psicológicamente”.
“La esclerosis múltiple ni me define ni me definirá nunca”, afirma. Julia terminó la carrera de Ingeniería Industrial y fue de Erasmus a Francia, donde continuó con el tratamiento. Al volver a Barcelona empezó a trabajar en el departamento de comercio electrónico de una multinacional. El día que tiene tratamiento en el Cemcat trabaja después desde casa. «Nunca me han puesto ningún problema en este sentido”.
“La pareja y los hijos son temas que nos preocupan mucho a los jóvenes. No sabes cómo se lo tomará tu pareja, tienes muchas dudas a la hora de decirlo... Primero tienes que digerirlo todo bien tú personalmente y después decidir a quién se lo dices y cómo. Si entonces alguien sale corriendo es que quizás esta persona no te conviene”.
“Nunca he buscado ‘esclerosis múltiple’ en Google; cuando alguien me habla de alguna novedad busco artículos científicos. Creo que hay mucho desconocimiento sobre la enfermedad. Me da miedo que la gente me trate de forma diferente porque no hay nada que te invalide más que que te traten como inválida. A mí la enfermedad me ha hecho ser menos crítica y valorar más las cosas. ¡Superar situaciones duras te da mucha fuerza!”