A Georgina el diagnóstico de esclerosis múltiple le llegó cuando tenía 20 años. Es uno de los testimonios de que la enfermedad se diagnostica a menudo a personas jóvenes, la mayoría mujeres.

“En mi caso no fui muy consciente al principio, porque, a pesar de que me trataba con inyectables, estuve más de ocho años sin brotes y llevando una vida totalmente normal. Yo no me hundí como algunos compañeros dicen que les pasó en el momento del diagnóstico; era muy joven y supongo que también por edad pues estaba por otras cosas.”. “En el momento en que me afectó laboralmente por problemas relacionados con la visión fue cuando fui más consciente de la enfermedad y me afectó también más anímicamente.”.

Dice que las las actividades del programa de rehabilitación del Cemcat lla ayudan y le gustan y que también lo hace el hecho de poder compartir su experiencia personal en el centro con otras personas que tienen la misma enfermedad. «Pero sin caer en hablar sobre esto todo el día, que no es sano. ¡Hay muchas otras cosas! Aquí en el Cemcat establecemos relaciones sociales que se extienden también fuera del centro”.

“Pienso que yo no soy una enferma, sino que soy una persona que tiene una enfermedad, e intento ser positiva y aprovechar los momentos. Tienes que hacer todo lo que puedes hacer y hacerlo hoy, vivir el presente”.